Desde hace ya algunos años, el deporte ha ido cobrando cada vez más importancia en la sociedad actual. Esto ha sido así no sólo porque haya aumentado el número de personas que lo practica sino, entre otros motivos, por considerarse un agente socializador muy potente. Las madres y padres son conocedores de este efecto socializador y educativo del deporte. Por ello, cada vez más familias contemplan el deporte como un medio más con el que poder educar a sus hijos e hijas.
Pero igualmente, hay que señalar que el deporte no es educativo, sino que son los entrenadores, coordinadores, compañeros y las propias familias las que pueden hacer que las experiencias que vive un joven sean educativas o no lo sean. Por ello, y con la intención de que esta sección del blog sea un soporte para las madres, padres y familiares a continuación puedes encontrar consejos prácticos para llevar a cabo en escenarios y situaciones cotidianas del acompañamiento de tu hijo o hija deportista. Desde trayectos en el coche yendo y volviendo del entrenamiento, comidas familiares, sobremesas de fines de semana, reuniones post-competiciones, tardes de estudio y deporte, … entre otros.
Algunos de estos consejos para acompañar a tu hijo o hija:
Estos te ayudarán a ser más consciente de las distintas dinámicas que se están produciendo tanto en el ámbito deportivo como en el familiar. Al mismo tiempo, se destaca el interés en hacerles reflexionar y aportar nuevos puntos de vista pueden ayudarte a seguir acompañándolos en su crecimiento a través del deporte.
1. Da un buen ejemplo
No tienes que haber sido jugador de fútbol para ayudar a tu hijo o hija, lo puedes hacer a través de tu trabajo, tus entrenamientos en el gimnasio o alguno de tus pasatiempos, comunicando buenos hábitos y valores, como la auto disciplina o el compromiso. Los niños suelen ser el reflejo de las actitudes que sus padres demuestran.
2. Enfatizar la actitud y el comportamiento positivos
Si bien el respeto a los entrenadores, compañeros de equipo y oponentes es fundamental, los deportes en equipo, como el fútbol, necesitan de jugadores de este tipo, que anteponen el bien grupal al éxito individual y que siempre apoya, incluso desde el banquillo. Estas actitudes deben ser enfatizadas a través del progreso del jugador, y los padres juegan buena parte del desarrollo de estas competencias.
3. Ayudar... sólo cuando se necesita
El entrenamiento individual, en particular, es una gran manera de pasar tiempo con tu hijo o hija y demostrar tu apoyo... si tu jugador lo desea. Puedes hacerlo lanzando o recogiendo balones, e incluso haciéndoles compañía durante el entrenamiento. El entrenamiento individual es también una buena oportunidad para destacar el desarrollo de habilidades, un aspecto del juego que está únicamente bajo el control del jugador. Anima pero nunca les presiones, la motivación para hacer cualquier entrenamiento extra debe venir de ellos.
4. Conoce al entrenador de tu jugador
Establece un vínculo de confianza y familiaridad con el entrenador de su hijo o hija. De esta manera, puedes estar seguro que esta persona tiene la experiencia y el temperamento para ser una influencia positiva en tus niños. Teniendo esta confianza en el entrenador, se puede esperar un buen proceso, donde los padres funcionan como apoyo al trabajo que se desarrolla con los niños y niñas en los entrenamientos, mientras el entrenador se preocupa por realizar su trabajo, con total capacidad y sin conflictos entre medias. Además esto permite que, de suceder algún conflicto, exista una buena comunicación que permita solucionarlos sin problemas. Recuerda que si respetas el liderazgo del entrenador, también tu hijo o hija lo hará.
5. Comunícate con tu jugador
La comunicación es vital, no solo en en el fútbol, sino en la vida diaria. Comprender cuáles son los objetivos, pensamientos y emociones de tu hijo o hija, puede mostrarte cómo apoyarlos mejor, además de una mejor comprensión de sus acciones. Sin embargo, es importante que sean ellos quienes marcan el lugar y hora para tener este tipo de conversaciones. Por ejemplo, el juego acaba y quieres hablar con tu jugador, pero quizá él no quiera en el momento… deja que él haga el primer contacto.
A través de una buena comunicación, puede que descubras que piensan o sienten cosas distintas a las que pensabas, lo que pudo provocar un conflicto, si hubieras hecho el primer contacto sin saberlo. Comunique elogios por su esfuerzo y compromiso, pero siempre haga la pregunta: ¿te divertiste? Esta debe de ser la prioridad para cualquier jugador, puesto que a pesar de las desilusiones y fracasos, disfrutar del fútbol es necesario para una larga carrera en este, como en cualquier deporte y recuerde que la comunicación también es física, utilice sus manos para animar durante los partidos y entrenamientos, no para señalar consejos o realizar gestos negativos al otro equipo o al árbitro.
6. No vivas a través de tu hijo/a
Tu hijo o hija debe vivir a través de sus propias experiencias, aunque te genere incertidumbre. Confía en él o ella, en sus valores y creencias, existe una delgada línea entre alentar sus objetivos, y convertirlas en tus propias metas. Intenta ver la situación con perspectiva y busca el consejo de otros padres y entrenadores de fútbol experimentados.
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